martes, 19 de junio de 2007

Mi vida perfecta





Qué se hace, qué se dice en los días en que no quiere decirse nada. Quizá lo más sencillo es quedarse callado, andar por ahí, dormir un rato, salir de circulación algún tiempo. Sencillo sería poder desconectarse, desconectar el mundo, que se detenga todo mientras nos reponemos. No es posible, nunca lo ha sido, no en mis días. Nada es perfecto en nuestra vida perfecta. Ojalá fuera fácil, común, decidir un suicidio como se elige un libro en la librería, la historia que queremos que nos cuenten (en este caso, la historia que nos relataremos: la última). Mi vida es como una larga fila de libros que ya no leeré. No importa los que no escribamos, a quién puede interesarle, ni a nosotros. Importa (no, no importa) lo que ya no vendrá.
Pero, bueno, la literatura va a desaparecer.
Es una promesa.
Retornemos a la fe.

2 comentarios:

Yeyetzi Cardiel dijo...

"De lo que no se puede hablar, es deber callar"

L. Wittgenstein

Unknown dijo...

Lo tomaré en cuenta, Yeya. Lo anotaré en mi orden del día.