Siempre me he preguntado por qué no escribo más en este blog. Nunca tengo una respuesta. Quizá porque este espacio sirve de veras como una caja vacía en la que a veces meto unas fotos y algunas palabras que por lo regular dicen lo mismo. Hay quien escribe a diario de su vida insulsa. Yo podría hacerlo pero me abandono. Otros anuncian sus grandes logros, su inserción en la cartelera cultural y en el mundo libresco de este país en ruinas. No me falta vanidad, pero sí me sobra pereza. Eso debe ser. Adiós a la literatura, bienvenida la pereza... Ni hablar.