martes, 29 de mayo de 2007

Bicicleta fantasma en el Zócalo



Ya que han vencido el temor de acceder a esta catacumba llamada adiosalaliteratura, supongo que no se sorprenderán de los fantasmas. Como según se cuenta -corren rumores en cada rincón del aire-, ya están entre nosotros (pero quién, qué). Los avistaremos en cualquier lugar sin previo aviso. Un humo o un vapor que se torna figura conocida. Los muertos caminando otra vez la calle.
En fin, ahora los dejo.
Afuera gritan mi nombre.

3 comentarios:

Martinfillo dijo...

Bueno Companero, es grato ver que sigues recorriendo las nocturnas calles de nuestra Ciudad en busca de no sé qué cosa. Quisa los fantasmas que ves son el alma de la literatura a la cual dices adios. Tu mismo comienzas a esfumarte. Humo eres y al humo tornaras. Espiritu de un beso paradisiaco que fatiga el vaho de una ciudad prohibida. Estaremos buscando siempre juntos en este nuestro Edén suvertido... "No te rindas. La ergastula es oscura, la firme trama es de incesante hierro, pero en algun recodo de tu encierro puede haber un descuido, una hendidura"

Signatura de fuego.

Unknown dijo...

Qué bueno saber que has leído este intento, querido Martini. A pesar de las inclemencias, el ánimo no desfallece. Sí, continúo recorriendo las calles de esta ciudad que cada vez se parece más a una zona de guerra. Sí, me esfumo y conmigo, todo.
Oye, ojalá pronto sepamos si vuelves de la mítica Europa o te quedas todavía en esa ya larga alucinación. Un abrazo.

Yeyetzi Cardiel dijo...

Mucho que decir sobre los fantasmas, pero mejor lo discutimos con unos vinitos encima. Por ahora, ya que nos despedimos de la literatura, me robo una cita de un pequeño homenaje a Derridá -quien por cierto trabajó la figura del fantasma, del espectro- celebrado en la fac a los pocos días de su muerte:

"Los espectros siempre están ahí, aunque no existan, aunque ya no estén, aunque todavía no estén"

Esther Cohen


Y tienes toda la razón, está ciudad cada vez más se parece a una zona de guerra.

Un abrazo.